
domingo, 7 de septiembre de 2008
Sobre la intimidad

jueves, 4 de septiembre de 2008
Perfil de Murdoch

The great fear about Rupert Murdoch, among journalists and proper liberals verywhere, beyond even his tabloidism and his right-wing politics, is that he acknowledges no rules. He does it, without mercy, his way. If you watch him up close, this certainly seems true. He sits in his office and plots and schemes and figures out ways to get (to take) what he wants.
Although he’d agreed with the Bancroft family, Dow Jones’s former owners, to accept a strict structure for protecting The Wall Street Journal’s editorial independence, I watched how blithely he paid no attention to it. It barely figured into his plans or consciousness. Except that he seemed briefly tickled to have figured out that if he merely called his chosen editor, Robert Thomson, the publisher, then he’d have his choice. He was only slightly confounded (and a bit bemused) that it took Journal editor Marcus Brauchli four months to get the message that he was out.
Still, up close, such lack of restraint doesn’t necessarily seem so threatening. It seems, in fact … fun. There’s no artifice. There’s no bureaucracy. There’s no pretense. There’s no corporate this and that—Murdoch’s truly the anti-corporate man. It’s all determination and enthusiasm. It’s all about his passions and the effect he can have. (Of course he was going to replace the Journal’s editor. What was everybody thinking?)
It’s his adventure. Part of the reason so many of the people around him are so loyal—such true believers—is that they’re caught up in it. It’s a grand enterprise.
Obama y Murdoch

At a secret meeting with Barack Obama three months ago, Fox News Chairman Roger Ailes says, he tried to clear the air with the Democratic senator by saying that his organization was determined to be fair but would not be "in the tank" for Obama's campaign.During the sit-down in a Waldorf-Astoria hotel suite in Manhattan that included Rupert Murdoch, the network's owner, Obama expressed concern about the way Fox was covering him. "I just wanted to know if I'm going to get a fair shake from Fox News Channel," Ailes recalled him saying. "Senator, you're the one who boycotted us," Ailes says he replied. "We're not the ones who boycotted you. Nor did we retaliate for your boycott."
The meeting appears to have eased tensions between the two camps, which began when all the Democratic candidates, complaining that the network favors Republicans, refused to hold any primary-season debates on Fox. After resisting invitations for months, Obama now plans to appear on Bill O'Reilly's prime-time Fox program on Thursday, the night that John McCain delivers his acceptance speech at the Republican convention here.
martes, 2 de septiembre de 2008
Nuevo documental: Voces silenciadas. Libertad amenazada
Breve historia de las agencias de noticias

La primera agencia de noticias la estableció en París el empresario Charles Havas en el año de 1835. Básicamente, su trabajo consistía en recopilar extractos de otros periódicos europeos y proveérselos diariamente a los periódicos franceses. A finales de la década de 1840, dos empleados de esta agencia, Julius Reuters y Bernhard Wolff, renunciaron para formar sus propias agencias en Londres y Berlín, respectivamente. La competencia entre estas tres agencias fue tal, que en 1869 fue necesario suscribir el Tratado de la Alianza de Agencias mediante el cual se dividían el mundo en territorios mutuamente exclusivos para la compilación y transmisión de información. De esta manera, a Wolf le correspondió el derecho de explotar Austria, Escandinavia y Rusia; Reuter, por su parte, obtuvo para sí los territorios del Imperio Británico y del Lejano Oriente; y, finalmente, Havas se encargó de Italia, Portugal, España y el Imperio Francés. Durante la segunda mitad del siglo XIX surgieron otras agencias, pero ninguna logró una influencia significativa en el orden internacional: todas se alineaban y trabajan para alguna de estas tres agencias dominantes. Este cartel se mantuvo libre de competencia hasta la Primera Guerra Mundial, cuando dos agencias norteamericanas aprovecharon esta excepcional circunstancia histórica para expandirse por todo el mundo: la Associated Press (AP) y la United Press International (UPI). El rápido crecimiento internacional de estas agencias puso fin en 1930 al Tratado de la Alianza de Agencias, erigiéndose un nuevo escenario de libre competencia en el mundo informativo.
La Segunda Guerra Mundial, a su vez, arrojó decisivos cambios en el orden de las agencias. Por un lado, la ocupación nazi de Francia propició que en 1940 la agencia de Havas desapareciera y fuese posteriormente sustituida por una nueva: la France-Press (AFP) y, por otro, que la agencia de Wolff se transformara en un órgano del gobierno durante el período nazi en Alemania, logrando su independencia al finalizar la guerra, pero no siendo capaz de recuperar nunca más su misma posición de influencia. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial las cuatro agencias más importantes, Reuters, AP, UPI y AFP, se han dedicado a expandir y consolidar sus posiciones en el sistema internacional de la difusión de noticias. Existen otras agencias, pero su influencia es ínfima: prácticamente toda la información mundial es transmitida y recolectada por estas cuatro agencias.
¿El fin de los periódicos ?

lunes, 1 de septiembre de 2008
Convenciones mediatizadas

Las convenciones son un gran espectáculo. Todo está diseñado para que salga bien en la televisión. Más que hablarle a la asamblea, los que toman la palabra le hablan a las cámaras. Los discursos están cuidadosamente diseñados para eso. Cuando algún político va a usar una frasecita pegajosa, en el auditorio entregan letreros con esa misma frasecita para que los agiten los presentes. El resultado es una toma perfecta para la televisión: el político que dice algo y la gente que “espontáneamente” le celebra la ocurrencia con letreros que dicen lo mismo.
No me sorprendería que el productor de este gran espectáculo fuera alguien relacionado con la industria del cine o de la televisión. Un jugador de Hollywood. Porque todo, absolutamente todo, está cuidado. Hasta el mínimo detalle. Desde cómo están sentadas las delegaciones hasta la música que toca la banda entre un discurso y otro. Desde quién presenta a los invitados estrella de la noche hasta los videos melosos que los anuncian. No hay un cabo suelto.[...]En este país los políticos saben del gran poder que tiene la televisión en el electorado. Y lo que tratan es de atraer la atención televisiva para lograr mejores coberturas. Por eso cuidan hasta el mínimo detalle en los discursos, videos, música, vestuarios y escenografía. Por eso procuran que haya drama que incremente los índices de audiencia. Aquí los políticos, en lugar de quejarse sobre la televisión, la
cortejan. La buscan. La miman. Montan un gran espectáculo para la pantalla chica. Porque, a final del día, en este mundo mediático de hoy, la política compite con los deportes, las telenovelas, las series y los grandes artistas. Si la política es aburrida, nadie la ve. Hay que hacerla interesante para que la gente se acerque a verla. Así es el público. Así es el electorado. Aquí en Estados Unidos no se lamentan de esta realidad. La asumen.