El Tribunal Constitucional decidirá sobre la ley que da inmunidad a Berlusconi. El Tribunal Constitucional italiano tendrá que decidir sobre la legalidad de la ley que otorga la inmunidad a los cuatro cargos más importantes del Estado, y permite así suspender los procesos que tiene pendientes el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi. Los jueces del Tribunal de Milán, que siguen el juicio contra Berlusconi por irregularidades en la compraventa de derechos televisivos de su empresa de su propiedad Mediaset, acogieron hoy el recurso presentado por el fiscal Fabio De Pasquale sobre la 'inconstitucionalidad' de la ley sobre la inmunidad. Según De Pasquale dicha ley es inconstitucional, ya que viola el artículo 3 de la Carta Magna, que garantiza la igualdad de los ciudadanos ante la ley, y fue aprobada por el Parlamento con un procedimiento ordinario y no el que requiere una reforma constitucional.
Los jueces acogieron la petición por lo que decidieron suspender el proceso y enviar las actas del juicio al Tribunal Constitucional para que decida cómo continuar. Para el abogado de Berlusconi, Niccolo Ghedini, el recurso del fiscal era 'infundado y no relevante', y la constitucionalidad de la ley es clara, desde el momento que fue ratificada el pasado 28 de julio por el presidente de la República, Giorgio Napolitano. En este proceso se juzga las irregularidades en la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset, por un valor de 470 millones de euros, en torno a la cual fue creado un entramado de transacciones en las que supuestamente participaron empresas registradas en paraísos fiscales al servicio de Berlusconi. El juicio tendría que haber sido suspendido próximamente con la aplicación de la llamada ley Alfano, que toma el nombre del ministro de Justicia que la ha redactado, y que fue aprobada por el Parlamento el pasado 22 de julio. La Ley Alfano establece la inmunidad a los presidentes de la República y del Gobierno y a los de la Cámara de Diputados y el Senado y prevé que estos no sean juzgados o investigados durante la duración de su mandato por delitos que no sean relativos a su cargo institucional. Además del proceso Mediaset, también sería suspendido el juicio contra Berlusconi por el supuesto pago de 580.000 euros al abogado británico David Mills para que falsificara su testimonio en dos procesos celebrados en 1997 y 1998 contra el empresario y de los que fue absuelto.
martes, 30 de septiembre de 2008
Berlusconi, los medios y el tribunal constitucional
lunes, 29 de septiembre de 2008
Más sobre propaganda
Esta propaganda oficial en medios electrónicos es una patología singular del gobierno mexicano. No conozco ninguna otra democracia en el mundo donde la autoridad tenga su propia pauta comercial. En Estados Unidos, la Casa Blanca o el Pentágono no anuncian sus victorias contra el terrorismo junto a la propaganda de un champú anticaspa. El gobierno de Estados Unidos también trata de ganar la guerra en el frente mediático, pero con un arma distinta: la información. Por medio de conferencias de prensa cotidianas, datos sólidos y algunas verdades a medias, Washington intenta construir su propia narrativa sobre los conflictos bélicos en el Medio Oriente.El gobierno mexicano confunde la propaganda con la rendición de cuentas. En la guerra contra el narco hay muchos cadáveres y muy poca información. ¿Quiénes son los más de 3 mil ejecutados del 2008? ¿Cómo están relacionados entre sí? Muchas veces ni siquiera se proporcionan los nombres de los fallecidos. Sin información es imposible determinar los avances o retrocesos en la lucha contra el crimen organizado. En las guerras tradicionales, el éxito militar se medía por el avance y el control territorial de los ejércitos. En Iraq, las fuerzas armadas gringas miden sus resultados en función del incremento o disminución de los ataques terroristas. En México no tenemos una métrica clara para determinar la diferencia entre la victoria y el fracaso. El gobierno sostiene que el incremento en la violencia es una consecuencia de la eficacia de su estrategia. Puede ser que el presidente Calderón y su gabinete de seguridad tengan razón, pero en la situación actual del país esa explicación parece absurda. Sólo los verdugos y las agencias funerarias miden su éxito con base en el número de muertos.
Paradójicamente, en vez de combatir ese derroche, algunos empresarios abogan por aumentarlo con su propio dinero. Alegan que prohibir el gasto privado en propaganda electoral restringe la libertad de expresión. No ven el problema de abrir la puerta a los narcos y otros millonarios del crimen, que gastan en propaganda para que lleguen al poder los candidatos que protejan sus negocios.Pero, además, confunden opinión y propaganda. La esencia de la propaganda es la repetición. Opinar en una reunión, en un escrito, en una entrevista, en un debate, no es producir un comercial que se cuelgue en todos los postes y se repita mañana, tarde y noche en todas las estaciones de radio y televisión. Una cosa es opinar libremente, con la amplitud necesaria para expresar un punto de vista, y otra bombardear con mensajes breves y repetitivos. Una simple opinión puede tener la fuerza de un argumento convincente, pero no la fuerza de la repetición que entroniza unas cuantas palabras. Una opinión repetida mil veces no es una simple opinión.La libertad de bombardeo (incluso comercial) debe estar reglamentada, sobre todo en las calles y en la televisión. No debe confundirse con la libertad de expresión. En la confrontación de ideas y de personas en un debate, gana el que convence. En el bombardeo, gana la repetición. La confrontación degenera en guerra de presupuestos, y abre la puerta al dinero del crimen.
Autonomía y control
sábado, 27 de septiembre de 2008
Imagen, arte y guerra
La guerra acompaña a la humanidad desde siempre. No por ello deja de ser una experiencia extrema. Del mismo modo que hace saltar las costuras de la sociedad y que pone al límite a las personas, también hace saltar las costuras del arte y le enfrenta con los mayores interrogantes. Los dos ejemplos anteriores contienen presunciones que afectan a la esencia del arte. Primera: el arte y la belleza no son incompatibles con el mal. Segunda: el arte no es garantía de verdad ni de conocimiento, puede ser un instrumento de ocultación. Cuestiones que en situación de guerra adquieren toda su radicalidad. Por eso es tan compleja la relación entre la guerra y el arte.Durante la mayor parte de la historia, el arte de guerra ha sido de conmemoración, de exaltación, de mitificación. Un arte fundamentalmente político, alejado de la cruda realidad del combate, que trataba de atemperar u ocultar la dura experiencia de la guerra con la exaltación de los héroes, la magnificación de las victorias, la consagración de reyes y emperadores, el enaltecimiento de las patrias. Aunque a partir del Renacimiento empieza a abrirse el ojo crítico, hay coincidencia en señalar a los Desastres de la guerra de Goya, creados entre 1810 y 1816, como una de las primeras representaciones de la guerra que abandona la clave de lo heroico. Y sólo en el siglo XX, con las guerras de masas, empezarían a adquirir verdadero protagonismo el soldado raso, el ciudadano anónimo y las víctimas civiles. De modo que, en cierto sentido, el arte de la guerra es un arte propio del siglo XX, que no en vano ha sido uno de los siglos más sangrientos de la historia y que ha visto además cómo las víctimas civiles de los conflictos bélicos crecían exponencialmente al tiempo que disminuían las víctimas uniformadas. Y, sin embargo, costará mucho que la crueldad y la sordidez del campo de batalla encuentren expresión por la vía del arte.Con los ciudadanos, llegan a la guerra los medios de comunicación de masas. La representación de la guerra ya no es monopolio de pintores y escultores, entran en escena sucesivamente la fotografía, el cine y todo el aparato audiovisual. La imagen adquiere toda su potencialidad. El protagonismo de los géneros periodísticos será fundamental. Las imágenes de la guerra llegarán directamente a la sala de estar de los ciudadanos. El caso de la guerra de Vietnam marca un antes y un después, porque los efectos devastadores en la opinión pública de las imágenes del campo de batalla hicieron que la derrota de Estados Unidos no fuera sólo militar sino moral. El poder de la imagen -reforzado por la posibilidad de su reproducción indefinida- y su penetración en el interior del espacio privado del interior de las viviendas son una doble novedad del siglo XX que incidirá de modo decisivo en la relación entre arte y guerra. El proceso es complejo: si en un principio las imágenes generan indignación moral y rechazo de la guerra, la multiplicación de las mismas conduce a menudo a su banalización. Y al mismo tiempo, la insaciabilidad del consumo de masas induce a una escalada que Michela Marzano ha llamado horror-espectáculo, que hace difícil la distinción entre realidad y ficción.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Televisa entra al mercado chino
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Espada entrevista a Sontag
AE: Usted suele hablar bien del periodismo. Más allá de sus simulacros, ¿cree que el periodismo nos ha hecho más solidarios al extender el dolor de los demás?SS: Todo en el siglo veinte ha sido un arma de doble filo. También el periodismo. Es verdad que nos ha permitido saber de los otros, de sus tragedias y de sus necesidades. Pero también ha contribuido a una globalización cultural y moral que en buena parte está asentada sobre premisas falsas. El periodismo ha llenado nuestra vida de imágenes falsas. Es verdad: tenemos una idea de lo que pasa en el mundo como nunca nadie la tuvo antes. Pero a veces esa idea es demasiado nominal. Y se mezcla con la propaganda. Ya ve usted que voy de un extremo a otro. De un filo a otro. Aunque quizá lo peor de esta propaganda diseminada por el periodismo sea este mensaje: "Esto es lo que hay en el mundo, ahora ya lo conoces, pero poco puedes hacer para cambiarlo". Esta impotencia. Este aviso de que el conocimiento de las cosas no se transforma en una energía para cambiarlas. La posibilidad, incluso, de que tanto y tan variado conocimiento llegue a aturdirnos y a reforzar la impresión de que el cambio es más complejo de lo que es en realidad. Porque luego es cierto que observadas las cosas de cerca, una a una, no parecen tan complejas.AE: Sí, la saturación, el agobio mediático.SS: Y la posibilidad de que los horrores puedan acabar convirtiéndose en un espectáculo. Yo defiendo el periodismo. Soy una gran defensora del periodismo. Viví en Sarajevo al lado de los periodistas. Comprobé cómo trabajan. Puedo decir que la mayoría de ellos son gente honrada. Y, sobre todo, no son gente endurecida, como quiere el tópico, sino que tratan de contribuir con su trabajo a la mejora de las condiciones de vida generales. Cuando la gente habla de la corrupción del periodismo hay que mirar en muchas direcciones. También en la dirección de los propietarios de los periódicos. O sea que, en este sentido, Baudrillard y demás podrían tener su parte de razón, cuando sugieren que debido a esta corrupción el común de los hombres se vería en dificultades crecientes para distinguir entre las imágenes y la realidad. Pero esa visión siempre sugiere un menosprecio de lo real, y del que sufre lo real, falso: aun hipnotizada, drogada, la gente no pierde el sentido de lo real.
martes, 23 de septiembre de 2008
El salto de la radio AM a la FM
sábado, 20 de septiembre de 2008
Eco en la oscuridad: la voz disidente en Rusia
After Yeltsin retired, on the New Year’s Eve before the new millennium, Putin assumed power and soon moved against the media, using financial and legal leverage to take over, or shut down, newspapers and television stations whose coverage he deemed unfriendly or whose ownership he deemed uncoöperative. Reporters Without Borders, in its worldwide press-freedom index, ranks Russia, in terms of liberty, a hundred and forty-fourth out of a hundred and sixty-nine countries—just behind Afghanistan and Yemen and just ahead of Saudi Arabia and Zimbabwe.
When Putin was asked by a writer how he would respond to critics who accuse him of limiting media freedom, he replied, “Very simply. We have never had freedom of speech in Russia, so I don’t really understand what could be stifled. It seems to me that freedom is the ability to express one’s opinion, but there must exist certain boundaries, as laid out in the law.”
Article 29 of the Russian constitution says otherwise; it “guarantees” freedom of speech. Nevertheless, Putin brought the Russian media to heel with ruthless speed. The independent television station NTV, which had aggressively covered the war in Chechnya, was taken away from its founding owners in 2001 and neutered; Channel One, by far the biggest station in Russia, is once more a compliant extension of government policy.
For Putin, only television really counts. The heads of the networks are summoned to regular weekly meetings at the Kremlin to set the news agenda; executives are provided with lists enumerating the names of political opponents who are not permitted on the air. The loyalty of important anchors, station managers, and star reporters is bought with unheard-of salaries. Live television discussions and interviews no longer exist. There are newspapers and Web sites that are at least as free as Echo, but their audiences are so limited that Putin is content to relegate them to the margins and leave them alone.
“The problem is that official propaganda on television is extremely distracting—it insures that people talk about the nonsense they are showing,” Yulia Latynina, a well-known newspaper columnist and commentator on Echo of Moscow, told me. “For example, if Russia drops a rocket on Georgia from a plane, the report will talk about the size of the hole and whether or not the Georgians dug the hole themselves and all sorts of other nonsense. Suddenly, you are talking about holes and not about whether Russia is trying to scare the hell out of the Republic of Georgia and other such ‘enemies.’ And television makes up things, too, about supposed enemies like Ukraine, Latvia, Estonia. Everyone is our enemy. Who is a good guy? Andorra? Iran? All of it is a diversion from real political information and thought.”
jueves, 18 de septiembre de 2008
The Power of Political Misinformation
...a series of new experiments show that misinformation can exercise a ghostly influence on people's minds after it has been debunked -- even among people who recognize it as misinformation. In some cases, correcting misinformation serves to increase the power of bad information.
In experiments conducted by political scientist John Bullock at Yale University, volunteers were given various items of political misinformation from real life. One group of volunteers was shown a transcript of an ad created by NARAL Pro-Choice America that accused John G. Roberts Jr., President Bush's nominee to the Supreme Court at the time, of "supporting violent fringe groups and a convicted clinic bomber."
A variety of psychological experiments have shown that political misinformation primarily works by feeding into people's preexisting views. People who did not like Roberts to begin with, then, ought to have been most receptive to the damaging allegation, and this is exactly what Bullock found. Democrats were far more likely than Republicans to disapprove of Roberts after hearing the allegation.
Bullock then showed volunteers a refutation of the ad by abortion-rights supporters. He also told the volunteers that the advocacy group had withdrawn the ad. Although 56 percent of Democrats had originally disapproved of Roberts before hearing the misinformation, 80 percent of Democrats disapproved of the Supreme Court nominee afterward. Upon hearing the refutation, Democratic disapproval of Roberts dropped only to 72 percent.
Republican disapproval of Roberts rose after hearing the misinformation but vanished upon hearing the correct information. The damaging charge, in other words, continued to have an effect even after it was debunked among precisely those people predisposed to buy the bad information in the first place.
Bullock found a similar effect when it came to misinformation about abuses at the U.S. detention facility at Guantanamo Bay, Cuba. Volunteers were shown a Newsweek report that suggested a Koran had been flushed down a toilet, followed by a retraction by the magazine. Where 56 percent of Democrats had disapproved of detainee treatment before they were misinformed about the Koran incident, 78 percent disapproved afterward. Upon hearing the refutation, Democratic disapproval dropped back only to 68 percent -- showing that misinformation continued to affect the attitudes of Democrats even after they knew the information was false.
Leni Riefenstahl
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Fotografía y manipulación
martes, 16 de septiembre de 2008
Sontag, Said, etc.
viernes, 12 de septiembre de 2008
Obama y los medios
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Slim y el NY Times
Carlos Slim Helu the Mexican telecommunications billionaire, and his family have acquired a 6.4 percent stake in The New York Times Company, he revealed in a regulatory filing on Wednesday.
Mr. Slim, sometimes called the wealthiest man in the world, controls cellular and landline phone companies, and has major investments in retail, construction, banking, insurance, railroads and mining. In March, Forbes magazine estimated his fortune at $60 billion.
His spokesman, Arturo Elias, was traveling and not available for comment. His primary company, Teléfonos de México, declined to comment.
The Times Company also declined comment. Its stock closed on Wednesday at $13.96 a share, down 4 cents, giving the Slim family’s 9.1 million shares a value of $127 million.
Mr. Slim has a history of buying depressed assets he can later sell at a profit, and several analysts familiar with his investments say they see the purchase of the Times Company stock in that vein.
domingo, 7 de septiembre de 2008
Sobre la intimidad
jueves, 4 de septiembre de 2008
Perfil de Murdoch
The great fear about Rupert Murdoch, among journalists and proper liberals verywhere, beyond even his tabloidism and his right-wing politics, is that he acknowledges no rules. He does it, without mercy, his way. If you watch him up close, this certainly seems true. He sits in his office and plots and schemes and figures out ways to get (to take) what he wants.
Although he’d agreed with the Bancroft family, Dow Jones’s former owners, to accept a strict structure for protecting The Wall Street Journal’s editorial independence, I watched how blithely he paid no attention to it. It barely figured into his plans or consciousness. Except that he seemed briefly tickled to have figured out that if he merely called his chosen editor, Robert Thomson, the publisher, then he’d have his choice. He was only slightly confounded (and a bit bemused) that it took Journal editor Marcus Brauchli four months to get the message that he was out.
Still, up close, such lack of restraint doesn’t necessarily seem so threatening. It seems, in fact … fun. There’s no artifice. There’s no bureaucracy. There’s no pretense. There’s no corporate this and that—Murdoch’s truly the anti-corporate man. It’s all determination and enthusiasm. It’s all about his passions and the effect he can have. (Of course he was going to replace the Journal’s editor. What was everybody thinking?)
It’s his adventure. Part of the reason so many of the people around him are so loyal—such true believers—is that they’re caught up in it. It’s a grand enterprise.
Obama y Murdoch
At a secret meeting with Barack Obama three months ago, Fox News Chairman Roger Ailes says, he tried to clear the air with the Democratic senator by saying that his organization was determined to be fair but would not be "in the tank" for Obama's campaign.During the sit-down in a Waldorf-Astoria hotel suite in Manhattan that included Rupert Murdoch, the network's owner, Obama expressed concern about the way Fox was covering him. "I just wanted to know if I'm going to get a fair shake from Fox News Channel," Ailes recalled him saying. "Senator, you're the one who boycotted us," Ailes says he replied. "We're not the ones who boycotted you. Nor did we retaliate for your boycott."
The meeting appears to have eased tensions between the two camps, which began when all the Democratic candidates, complaining that the network favors Republicans, refused to hold any primary-season debates on Fox. After resisting invitations for months, Obama now plans to appear on Bill O'Reilly's prime-time Fox program on Thursday, the night that John McCain delivers his acceptance speech at the Republican convention here.
martes, 2 de septiembre de 2008
Nuevo documental: Voces silenciadas. Libertad amenazada
Breve historia de las agencias de noticias
La primera agencia de noticias la estableció en París el empresario Charles Havas en el año de 1835. Básicamente, su trabajo consistía en recopilar extractos de otros periódicos europeos y proveérselos diariamente a los periódicos franceses. A finales de la década de 1840, dos empleados de esta agencia, Julius Reuters y Bernhard Wolff, renunciaron para formar sus propias agencias en Londres y Berlín, respectivamente. La competencia entre estas tres agencias fue tal, que en 1869 fue necesario suscribir el Tratado de la Alianza de Agencias mediante el cual se dividían el mundo en territorios mutuamente exclusivos para la compilación y transmisión de información. De esta manera, a Wolf le correspondió el derecho de explotar Austria, Escandinavia y Rusia; Reuter, por su parte, obtuvo para sí los territorios del Imperio Británico y del Lejano Oriente; y, finalmente, Havas se encargó de Italia, Portugal, España y el Imperio Francés. Durante la segunda mitad del siglo XIX surgieron otras agencias, pero ninguna logró una influencia significativa en el orden internacional: todas se alineaban y trabajan para alguna de estas tres agencias dominantes. Este cartel se mantuvo libre de competencia hasta la Primera Guerra Mundial, cuando dos agencias norteamericanas aprovecharon esta excepcional circunstancia histórica para expandirse por todo el mundo: la Associated Press (AP) y la United Press International (UPI). El rápido crecimiento internacional de estas agencias puso fin en 1930 al Tratado de la Alianza de Agencias, erigiéndose un nuevo escenario de libre competencia en el mundo informativo.
La Segunda Guerra Mundial, a su vez, arrojó decisivos cambios en el orden de las agencias. Por un lado, la ocupación nazi de Francia propició que en 1940 la agencia de Havas desapareciera y fuese posteriormente sustituida por una nueva: la France-Press (AFP) y, por otro, que la agencia de Wolff se transformara en un órgano del gobierno durante el período nazi en Alemania, logrando su independencia al finalizar la guerra, pero no siendo capaz de recuperar nunca más su misma posición de influencia. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial las cuatro agencias más importantes, Reuters, AP, UPI y AFP, se han dedicado a expandir y consolidar sus posiciones en el sistema internacional de la difusión de noticias. Existen otras agencias, pero su influencia es ínfima: prácticamente toda la información mundial es transmitida y recolectada por estas cuatro agencias.
¿El fin de los periódicos ?
lunes, 1 de septiembre de 2008
Convenciones mediatizadas
Las convenciones son un gran espectáculo. Todo está diseñado para que salga bien en la televisión. Más que hablarle a la asamblea, los que toman la palabra le hablan a las cámaras. Los discursos están cuidadosamente diseñados para eso. Cuando algún político va a usar una frasecita pegajosa, en el auditorio entregan letreros con esa misma frasecita para que los agiten los presentes. El resultado es una toma perfecta para la televisión: el político que dice algo y la gente que “espontáneamente” le celebra la ocurrencia con letreros que dicen lo mismo.
No me sorprendería que el productor de este gran espectáculo fuera alguien relacionado con la industria del cine o de la televisión. Un jugador de Hollywood. Porque todo, absolutamente todo, está cuidado. Hasta el mínimo detalle. Desde cómo están sentadas las delegaciones hasta la música que toca la banda entre un discurso y otro. Desde quién presenta a los invitados estrella de la noche hasta los videos melosos que los anuncian. No hay un cabo suelto.[...]En este país los políticos saben del gran poder que tiene la televisión en el electorado. Y lo que tratan es de atraer la atención televisiva para lograr mejores coberturas. Por eso cuidan hasta el mínimo detalle en los discursos, videos, música, vestuarios y escenografía. Por eso procuran que haya drama que incremente los índices de audiencia. Aquí los políticos, en lugar de quejarse sobre la televisión, la
cortejan. La buscan. La miman. Montan un gran espectáculo para la pantalla chica. Porque, a final del día, en este mundo mediático de hoy, la política compite con los deportes, las telenovelas, las series y los grandes artistas. Si la política es aburrida, nadie la ve. Hay que hacerla interesante para que la gente se acerque a verla. Así es el público. Así es el electorado. Aquí en Estados Unidos no se lamentan de esta realidad. La asumen.