sábado, 24 de noviembre de 2007

Umberto Eco


El novelista italiano, Umberto Eco, ofrece una entrevista al The New York Times donde habla sobre el poder de los medios, su relación con la política, Berlusconi... y de literatura.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Monopolios y medios en México




Existe un interesante estudio, elaborado por el Banco Mundial, sobre la situación de México respecto los monopolios y los grupos dominantes: La trampa de la desigualdad y su vínculo con el bajo crecimiento en México. Las conclusiones no son alentadoras.

  • También encuentro la opinión que emitió la Comisión Federal de Competencia respecto las reformas a la Ley Federal de Telecomunicacion y Ley Federal de Radio y Televisión publicadas el 11 de abril de 2006 (también conocida como Ley Televisa).

  • Meses después este mismo organismo difundió una opinión respecto el escenaro mediático méxicano. La conclusión no se aleja de la percepción común: vivimos ante un monopolio mediático asimétrico.
  • Por último, la opinión de la Comisión Federal de Telecomunicaciones en este asunto. Su conclusión fue contudente: más que un avance, las reformas a la LFT y LFRyTV (publicadas el 11 de abril de 2006) representan un retroceso en la materia.

lunes, 19 de noviembre de 2007

¿El fin de los monopolios mediáticos?

Jack Shafer entrega a la revista Slate un interesante artículo donde señala la inviabilidad económica de los monopolios mediáticos. Al parecer, la concentración llega a un punto límite donde la eficiencia se pierde. Es decir, en algún momento, los conglomerados de medios, al continuar diversificando y aumentando su tamaño, sufren tropiezos y pérdidas económicas.
Obviously, some of these transactions are mere portfolio shuffling, but the deals indicate that media conglomeration doesn't always make economic sense, something media CEOs seems to relearn once a generation. Media scholar Ben Compaine likes to point out that CBS Inc. was the nation's largest media company in 1986. But CBS couldn't make all of its properties—the network, the broadcast stations, the music, magazine, and book divisions, and more—work together profitably. By 1999, CBS had essentially stripped itself down to its TV core before selling out to the newest conglomerator on the block, Viacom. Compaine cites research by Adam Thierer and Daniel English, who that the newest neo-monopolists—Time Warner, Viacom, News Corp., Clear Channel, and Comcast—lost 52 percent of their value (in terms of market capitalization) over a five-year period at the beginning of this century.
Aquí un estudio al respecto.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Examen Final

El examen final está programado para el próximo jueves 20 de diciembre de 2006. De 7:00 a 10:00 horas. Falta confirmar el salón.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Medios y genocidio


En el número de octubre de la revista Nexos, Raúl Trejo nos ofrece un interesante retrato del locutor de radio en Ruanda que, a través de ese medio de difusión masiva, incitó asesinatos y agresiones contra los rebeldes tutsis en 1994. Por esos hechos el Tribunal Internacional condenó a este conductor radiofónico por genocidio.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Tocqueville y criterios constitucionales

Para la clase del miércoles 7 toca leer algunos fragmentos de La Democracia en América de Alexis de Tocqueville. Para el lunes 12, tienen que entregar su opinión (fundamentada) respecto los siguientes criterios constitucionales de un escenario mediático en una democracia liberal. Aquí los criterios:
  1. El escepticismo del pensamiento político liberal debe reflejarse no sólo en el diseño de los controles del poder público, sino también del poder privado. La democracia liberal es un régimen sensible a los peligros de cualquier forma de poder; no hay poder ni institución confiable. De ahí que el fundamento de la regulación estatal a los medios de comunicación no debe partir de las limitaciones tecnológicas, sino de la posibilidad de que surjan monopolios o tendencias dominantes tanto privados como públicos.
  2. El problema de la concentración de los medios de comunicación se ubica, en última instancia, en el corazón de la tensión entre autonomía y control. Como en cualquier otro desbordamiento de poder de una institución privada, la raíz de la dificultad se encuentra en la libertad de que gozan tales instituciones o grupos. Libertad de asociación, propiedad o de empresa, son libertades que deben ser limitadas en aras de un escenario mediático plural; sin embargo, el control aplicado con dicho propósito debe ser lo suficientemente cuidadoso para no mermar en exceso estas libertades tan relevantes en una democracia. Así, el marco de la acumulación se ubica en el dilema entre autonomía y control, donde el objetivo es lograr el mejor equilibrio entre ambos.
  3. La relación entre la libertad de propiedad, el derecho a la información, así como la libertad de expresión no es armónica. Esto se debe a que el dinero fácilmente puede definir la lógica del escenario mediático. Es una posibilidad siempre latente. Por ello, es indispensable entender que la libertad de expresión y el derecho a la información son variables independientes de la propiedad y el mercado. La idea es quebrar la ecuación dinero igual a micrófonos y voz. Evitar que la propiedad absorba tanto a la libertad de expresión como al derecho a la información, para reducirlas a la libertad de los propietarios o, en el caso de un monopolio, a la libertad del propietario. Y esto significa que los derechos fundamentales no son derechos absolutos, sino más bien esferas que deben ser delimitadas para su coexistencia.
  4. El derecho a la información tiene una dimensión institucional u objetiva que encapsula la idea de un escenario mediático plural, independiente del poder económico y político, y donde se pueda acceder a éste en condiciones de igualdad. Esto implica un deber positivo del Estado para construirlo. La simple abstención de la estructura estatal para crear un espacio de libertad no basta. Por el contrario, al prestar los medios de comunicación un servicio esencial para las sociedades democráticas es indispensable la presencia del Estado para establecer un equilibrio entre los diferentes derechos constitucionales involucrados. Es decir, el diseño democrático del escenario mediático simplemente no es posible sin la presencia del Estado.
  5. Es preciso hacer explícita la tensión entre la propiedad y el escenario mediático. Al abordar este aspecto de manera tangencial, simplemente se evita enfrentar la médula del problema. Tal es el caso de varias de las sentencias recién comentadas, donde no se plantearon de manera concreta la tensión entre, por un lado, la libertad de propiedad y de empresa y, por el otro, el pluralismo informativo. Es necesario señalar la dificultad de la concentración mediática en estos términos para empezar a imaginar nuevos arreglos institucionales que coadyuven a un mejor equilibrio entre tales derechos y valores constitucionales.
  6. En cuanto al derecho a ser propietario y el derecho a disponer de los bienes en propiedad, el más importante en términos de control y limitación es el primero. La limitación o regulación del derecho a disponer de los bienes en propiedad se considera aceptable cuando por medio de ésta se determina una modificación estructural con el propósito de fortalecer el pluralismo en los medios de comunicación. Así, salvo algunas excepciones, el brazo controlador debe dirigirse principalmente hacia el derecho a ser propietario. No olvidemos que este derecho, sin los límites pertinentes, puede llevar a una situación en la que un puñado de propietarios (o, inclusive, solamente uno) se apropien de todo el escenario mediático. Y lo que esto representa: apropiarse del derecho a la información y la libertad de expresión de una sociedad. El derecho a ser propietario debe estar limitado, por el derecho a la información, en aras de construir un ambiente plural, donde los medios de comunicación mantengan una independencia lo más sólida posible respecto el poder económico y el político.
  7. En este contexto, es necesario recordar la distinción entre los derechos fundamentales y los derechos de propiedad, toda vez que la expansión de las empresas mediáticas se realiza mediante actos jurídicos concretos –sean transmisiones, compraventas, o fusiones- que resultan en derechos patrimoniales. Y los cuales no gozan del mismo grado de protección que un derecho fundamental. Esta distinción, por tanto, facilita el ejercicio limitador del derecho a ser propietario pero en un escalón más concreto. Es decir, lo que se consigue con esta diferencia estructural es bajar algunos peldaños y establecer las condiciones teóricas para constreñir los actos jurídicos en concreto a través de los cuales se expande la propiedad.
  8. El valor del pluralismo, junto el resto de los criterios arriba señalados, debe erigirse en un eficaz parámetro de constitucionalidad de los diversos andamiajes institucionales que regulan a los medios de comunicación. Un tamiz constitucional de la acción del legislador, que impida la filtración de aquellas normas que no establezcan límites prácticos a la concentración en el sector de los medios de comunicación, o que no garanticen una protección adecuada del pluralismo informativo. Un parámetro que con eficacia defina con detalle las exigencias que componen el principio del pluralismo de los medios de comunicación en un contexto democrático. Enunciar, por el contrario, una idea de pluralismo e independencia mediática sin ningún resultado práctico es, en el mejor de los casos, una mera construcción teórica.

sábado, 3 de noviembre de 2007

La guerra de las imágenes


Encuentro un libro que puede resultar de su interés (especialmente para aquellos que harán su trabajo sobre las imágenes): La guerra de las imágenes, de Serge Gruzinski. Dice en la introducción:
"Por razones espirituales (los imperativos de la evangelización), lingüísticas (los obstáculos multiplicados por las lenguas indígenas), técnicas (la difusión de la imprenta y el ague del grado), la imagen ejerció, en el siglo XVI, un papel notable en el descubrimiento, la conquista y colonización del Nuevo Mundo. Como la imagen constituye, con la escritura, uno de los principales instrumentos de la cultura europea, la gigantesca empresa de occidentalización que se abatió sobre continente americano adoptó -al menos en parte- la forma de una guerra de imágenes que se perpetuó durante siglo y que hoy no aparece de ninguna manera haber concluido."